Las ideas representan un insumo básico en el proceso de innovación. Por esta razón, es de suma importancia establecer mecanismos de recopilación y sistematización de propuestas que puedan generarse dentro de la empresa. Eventualmente, esto permitirá obtener beneficios comerciales de la solución generada en un futuro.
Al interior de la empresa debe existir un líder de innovación (ejecutivos, directores, gerentes, etc.) cuya labor sea dirigir y apoyar activamente los proyectos.
La innovación es el resultado de un proceso y no una instancia aislada, por tanto, su ejecución puede ser sistematizada. Definir claramente: objetivos, etapas de desarrollo e indicadores de avance, permite mayor control sobre los desarrollos, entregando cierto nivel de predictividad de los resultados. Sobre esto último, la sistematización permite minimizar pérdidas en caso de resultados negativos.
Es sumamente importante que los encargados de proyectos de innovación tecnológica mantengan una comunicación fluida y retroalimentación constante de clientes y potenciales clientes para el éxito de la solución. De este modo, se logra detectar la necesidad real del público que se beneficiará del avance.
Dentro del contexto de innovación colaborativa, se da la posibilidad de que diferentes empresas desarrollen nuevos productos y servicios de forma conjunta, lo que implica compartir riesgos y beneficios. Este tipo de acuerdos, se utiliza principalmente para proyectos que requieren de una gran inversión inicial. Cada entidad participante, puede hacer distintos tipos de acuerdo que tienen que ver con: capital, tecnología, personal, contactos, etc.
En el mercado tecnológico actual, existe gran cantidad de tecnologías disponibles que, potencialmente, pueden aplicarse en distintos escenarios. Las empresas tienen la posibilidad de acceder al mercado y crear una solución propia a partir de lo que ya existe. Si bien se requiere de una inversión inicial, la compra de tecnología permite lanzar rápidamente nuevos productos y/o servicios. Esto entrega una ventaja, en términos de velocidad, en cuanto al ingreso de la solución a nuevos mercados.
Los centros de Investigación son entidades que destacan por su capacidad de generar nuevo conocimiento. Para el desarrollo de proyectos de innovación exitosos, el centro I+D debe contemplar todas las etapas del proceso de innovación, considerando también las fases de implementación, transferencia y comercialización. Este tipo de lineamiento permite establecer dinámicas colaborativas entre el centro de investigación y otras entidades del ecosistema minero, posibilitando el trabajo conjunto.
La innovación tecnológica implica necesariamente cierto nivel de riesgo. A mayor nivel de disrupción, mayor será el riesgo. En este escenario, un proyecto de innovación debe entregar una referencia sobre los cambios que generará, principalmente, responder a las preguntas: qué hará la nueva solución y en qué medida sucederá esto. Cuantificar un proyecto de innovación facilita la toma de decisiones de la empresa.
Un Startup es una empresa que todavía está en una etapa inicial, pero que tiene alto potencial de crecimiento. Invertir en ellas es, para las grandes compañías, una buena forma de diversificar su cartera de inversión a un costo bajo. Para esto, es clave analizar a la empresa en su etapa embrionaria.